miércoles, 20 de junio de 2007

ficciones

En el día de hoy, una de las iglesias de TlÖn sostiene platónicamente que tal dolor, que tal matiz verdoso del amarillo, que tal temperatura, que tal sonido, son la única realidad. Todos los hombres, en el veniginoso instante del coito, son el mismo hombre. Todos los hombres que repiten una línea de Shakespeare, son William Shakespeare




lluvia



maravilloso lo que aparecio ayer en mis manos, a esas horas en que uno no puede dormir, y se sorprende con algo inespertado.

Debo a la conjunción de un espejo y de una enciclopedia el descubrimiento de Uqbar


hoy las plantas se van a ahogar.

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